jueves, 15 de febrero de 2018

DOS MIL CUARENTA Y SIETE









Íñigo Larroque, el profesor de Escritura, nos mandó un ejercicio que consiste en escribir siete comienzos de un relato.

Dado que yo solo me dedico a mi diario, al principio me hice la sueca, porque en su clase nada es obligatorio, pero al escuchar a mis compañeros, sentí que me apetecía agilizar mi mente y probar lo que daba de sí.
Siempre resulta atractiva la posibilidad de inventar algo.
Así que aquí estoy, manos a la obra.



1_ Piedad Piedrahita salió de casa a la hora acostumbrada.
Concentrada en sus pensamientos, no se dio cuenta de que el hombre que estaba sentado en una moto frente al portal, comenzó a seguirla.


2_ Después de tres años de asistir diariamente a A.A. escribió una carta a la mujer a quien tanto daño había hecho, pidiéndole perdón y una segunda oportunidad.


3_ Sonó el teléfono.
Siguió sonando.
Desde que la llamaron para darle noticia que rompió su corazón, Amelia tomó la decisión de no cogerlo jamás.


4_ Era incapaz de tomar una decisión, así que cuando su madre le dijo:

Gabriel, esa chica está enamorada de ti, creo que te convendría casarte con ella.

Contestó como de costumbre:

Si mamá.


5_ No le importaba que su marido la engañara, pero cuando le dijo que se iba a vivir con su amante, cogió la escopeta de caza, le disparó y le mató.

¡Que se fastidie! 


6_ ¡No se puede decir que tu novia sea guapa!

Ya lo sé, estoy encantada con ella.

Natalia era muy guapa, pero yo vivía temblando.


7_ No sé qué hacer.
Tendré que tomar una decisión.

Ahora voy a dormir, ya lo pensaré mañana.





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