NOVECIENTOS TRES

De momento, lo que más me ha emocionado del tema de los implantes, es que Beatriz y Jaime se han interesado por mi.

Parecerá mentira que me pille de sorpresa, pero la verdad es que cuando me operaban de la pierna y me encontraba francamente mal, he de reconocer que no sentía tanto mimo como ahora.

¡Bendito sea Dios!

Si me hiciera una foto, no necesitaría usar los “efectos”, se han formado solos, ya se pasarán.

Comprendo que no es divertido hablar constantemente de la salud y de lo que trae consigo la edad, pero cuando se trata de mi vida, mantiene vivo el aliciente.

También Joyce, en sus diarios, hablaba de las intimidades más pudorosas, y no es el único escritor que lo hace.

Estoy muy interesada en todo lo que sucede en Cataluña.

Hasta ahora todas las emisoras que escuchaba, estaban centradas en la importancia de acatar la ley y la Constitución, pero casi sin darme cuenta, he encontrado una emisora vasca en la que hablan desde la otra cara de la moneda y me ha cautivado.

Me gusta que antepongan el deseo de los seres humanos a la ley, ya que considero que la ley es un instrumenta para ayudar a la gente, y no al contrario.

Mi mentalidad rehuye de los separatismos de cualquier índole, me gusta lo que une, no lo que separa, pero también creo que todos tenemos derecho a estar contentos.

También creo en el individuo por encima de todo y sé que todos formamos parte de un todo.

En este caso, miro los toros desde la barrera, pero me fascina poder constatar la inteligencia en el empleo de la dialéctica de los que hablan del tema, con conocimiento, datos y reflexión.

Cuando era pequeña y me reñía alguna monja, yo miraba al suelo muy seria, con las manos en la espalda, escuchaba sin prestar la menor atención y decía:

Si, Madre.

Mientras pensaba:

Usted dirá lo que quiera pero yo seguiré pensando lo que me dé la gana.

Nadie puede entrar en mi mundo interior.

Y así sigo, aún más terca que cuando estaba en el colegio.