NOVECIENTOS DOS

Sería exagerado por mi parte decir, como Sartre, que “El infierno son los demás”.

Constato, no obstante, que estando sola tengo menos problemas, casi ninguno.

Me perdono fácilmente y no me castigo ni me culpo por mis defectos.

Cuando estuve enferma descubrí la soledad, ya que la necesitaba para poner toda mi fuerza y empeño en tratar de concentrarme en la respiración y así conseguir que el dolor pasara desapercibido.

Cogí tanto gusto a la sensación que me proporcionaba mi propia mismidad, que desde entonces, la practico y en ella me deleito.

Mentiría si dijera que no me gusta estar con gente ya que suele resultar delicioso, pero también sé que es un terreno que puede resultar peligroso, sobre todo para mí, que todavía tengo que rebajar la soberbia y el ego, que saltan a la mínima si me descuido.

Así que de momento, tranquila en mi estudio, he comenzado vida de otoño, sin dejar de contar con ir a la playa si el tiempo me lo permite.

Hoy tengo cirugía.

A las 18:45 me pondrán cinco implantes con un método moderno cuyo dolor será mínimo.

Estoy contenta porque antes de encontrar al doctor Llona, los dentistas que consulté me decían que era imposible debido a la osteoporosis, sin embargo con Llona todo son facilidades.

Va a muchos congresos y utiliza los métodos más avanzados.

Ya sé que todavía no puedo cantar victoria pero hasta ahora, todas las consultas, pocas y breves, han sido muy agradables y el trato exquisito.

Nunca he tenido menos miedo para ir al dentista.

Me habían puesto un prótesis de “quita y pon” que me llevaba por la calle de la amargura.

Además de incómoda, se me estaban desplazando los dientes y empezaba a estar espantosa.

Doy una importancia capital a la dentadura, ya que la sonrisa me parece la expresión más bonita de un rostro, sobre todo, enseñando unos dientes blancos, grandes y bien formados.

Así que estoy contenta.

Acepto y estoy preparada para pasar un fin de semana difícil.

El doctor Llona tiene su consulta en Algorta lo que me facilita las cosas, ya que mis asuntos de salud suelen llevar viaje incluido que, aunque lo hago a gusto como todo lo que sea para mejorar, la idea de salir de casa y volver en cuanto termine la operación, me reconforta.