jueves, 17 de agosto de 2017

SETECIENTOS DOS






Llego de Pamplona encantada de la vida porque la consulta con el doctor Valentí ha sido un éxito y me encuentro con el atentado de Barcelona.
Es difícil ser muy feliz cuando ves que hay tanta gente que sufre, que está descontenta, que protesta, que recurre a la violencia, que pasa hambre y cosas peores.
Se me quitan las ganas de hablar de mis pequeñeces, también son miserias, pero son las mías.
Me siento egoísta, me siento incómoda, me mima la vida ¿debería esconderme?
No, no pienso esconderme, quiero vivir, disfrutar de la vida y dar gracias porque el solo hecho de estar viva me hace feliz.
Ahora no tengo ganas de escribir, me retiro a mi refugio y mañana hablaré, a plena luz del día, cuando Trump opine sobre lo sucedido en Barcelona.´

Si acaso.






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