viernes, 25 de agosto de 2017

OCHOCIENTOS






Se me han juntado varias cosas al mismo tiempo y tengo que tranquilizarme para que no me afecten.
En realidad, mi única obligación hoy, es ir al aeropuerto para buscar a mi hijo y mi nieta.
He estado preparando sus cosas, sobre todo la comida porque no come nada, para que, por lo menos, tenga lo que le gusta, bonito con tomate y otras cosas que espero ir a comprarlas con ella.


Mis otros asuntos son de distinta naturaleza.

Tengo tres amigas muy queridas que tienen cáncer.
Una de ellas lo tiene muy avanzado, le han hecho una nefrectomía para sacarle el pis, pero no consiguen que arranque.
El médico le ha dicho a su hermana, que es la que la cuida, que se va a morir en cualquier momento.
No obstante ella tiene esperanza y le da comida que luego vomita con sangre.
No quiere que se muera.

Han luchado a su manera.
Su manera no era la que le recomendaban los médicos, sino las alternativas, ya que la enferma es macrobiótica y se negaba a que le hicieran la quimioterapia.

Ahora ya el cáncer está tan avanzado y ella tan débil, que no se puede hacer nada para dar marcha atrás.
Le han dado morfina porque tiene dolores espantosos.

La otra amiga es la que visité en la clínica de Zorrozaurre y aunque yo la vi con vitalidad, dicen que está mal. 
Ayer pasó una tarde mala y la sedaron.

Y la otra se está tratando con quimioterapia y aunque no la he visto, tengo la sensación de que hace todo lo que le dicen y cuando se encuentra bien sale y se ocupa de sus asuntos.


Las tres están en mi corazón todo el tiempo.
No puedo ni quiero sacarlas de mi pensamiento.
Son personas a las que quiero y de diferente manera han sido y son importantes en mi vida.

Así que aunque haga una vida tranquila y ordenada, a mi alrededor no dejan de acontecer situaciones, ante las que no sé cómo reaccionar excepto rezando.

No puedo hacer mucho más, yo tampoco estoy en plena forma, solo puedo cuidarme y escuchar lo que me cuentan.

Yo no tengo vocación de médico ni de enfermera, pero comprendo que es precioso poder ayudar a los seres humanos que están enfermos.

Ante estas situaciones no sé qué decir, me quedo muda.

De lo que estoy segura es de que me alegro de haber hecho testamento vital.

No quiero que alarguen mi vida de manera artificial.






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