martes, 29 de agosto de 2017

OCHOCIENTOS CUATRO







Intento con esfuerzo que no me afecte lo que sucede en mi entorno, pero no lo consigo.
Me cuesta afrontar la vida.
Me gustaría meterme en la cama y dormir.
Pero como soy la cuidadora de mi nieta, no me queda más remedio que espabilar e ir haciendo las tareas de la casa.

Mimo tanto a Odita que no me reconozco.
Con mis hijos también era cariñosa pero les tenía educados, sin embargo a Odita le consiento todo y como lo sabe, se aprovecha.
Es tanta la ternura que brota de mi viendo a una niña tan pequeña y tan sabia, que aunque sea hija de sus padres, tiene mucha relación conmigo y no me queda más remedio que emocionarme solo con mirarla.
Nunca se me había ocurrido que la familia aumentaría.

Odita tiene talento y algo especial que enamora, lo cual no significa que no lo sepa, sino todo lo contrario, es capaz de seducir a la persona más difícil.
Es una artista y además muy coqueta.

Todos los momentos que tengo la oportunidad de estar con ella los aprovecho como si fueran oro y piedras preciosas.
Los valoro.
Además, teniendo en cuenta que vive en Berlín, no tengo demasiadas oportunidades, por lo que el poco tiempo que paso con ella, resulta más valioso todavía.

Ayer pasamos la tarde haciendo videos en los que ella es la directora, guionista, protagonista y manda más que Tarantino.

Terminé agotada.










No hay comentarios:

Publicar un comentario