lunes, 10 de julio de 2017

TRESCIENTOS VEINTICINCO







De repente me mandan mensajes que no me gustan, sobre un amigo peligroso que tengo en FB.
Intento bloquearle y no me lo permiten.
No se sabe bien si es un hacker, un troll o un hoax.
No se habla de otra cosa en FB.
Creo que la mayoría de los que interactuamos en FB no somos informáticos, simplemente sabemos lo esencial para estar ahí.
Normalmente, cuando tengo problemas con alguna persona que se pone pesada, le bloqueo y se acabó, pero el actual protagonista parece que sabe más de lo habitual y lo utiliza para molestar.
No se muestra como los demás, tiene muchas páginas, habla de suicidio y la verdad es que no resulta agradable saber que hay alguien por ahí, que tiene ganas de importunar.
Espero y deseo que alguno de mis amigos, tengo casi cinco mil, se encargue de obstaculizar su juego.
Es probable que para algunas personas que lean esto y no estén en FB, lo que cuento les resulte aburrido y carente de interés, pero para mi es inquietante y en alguna manera me afecta.
No obstante tengo intención de dejarlo de lado, confiando en que se solucione sin mi intervención, no estoy capacitada para tanto.




Ayer pasé el domingo entero sin salir de casa y me sentó muy bien.
Ese silencio ininterrumpido tranquiliza todo mi ser y me pone en un estado menos vulnerable.
Parece que los problemas se alejan de mi y poco a poco voy adquiriendo una especie de poder sobrenatural.
Cada vez que soy capaz de disfrutar del silencio sin romperlo me noto curada, reforzada.

Mañana tengo hora con la doctora de digestivo, de cuyo criterio depende mi salud, en cierta medida.

Se trata de lo siguiente:
Desde hace tiempo tengo VHC*.
A juzgar por las pruebas que me van haciendo, no está desarrollado como para que me den la medicación necesaria para curarlo.
No obstante, el doctor Álvarez de Mon considera imprescindible que me lo quite, para poder recetarme la medicación directa que me curaría la cistitis intersticial.
Lo que tomo ahora es más que nada para que no me cause problemas, pero no la cura.
Yo me encuentro bien, aunque claro, preferiría estar sana y no tener que tomar medicación y no tener que tomar medicación, ya que me produce algunos efectos secundarios que preferiría evitar.
Todo depende de lo que considere la doctora de digestivo.

Cuando le comenté al profesor (así le llaman en la clínica) cuáles eran los efectos secundarios, pérdida de memoria, hambre, bolsas en los ojos y alguna cosita más que no recuerdo, contestó con fuerza:

Peanuts!




*Virus de hepatitis C

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