martes, 28 de marzo de 2017

DOSCIENTOS VEINTINUEVE







Es bueno saber que todo lo que sucede en la vida sirve para aprender a conocernos, además de otras cosas.
No tener mi cochecito abajo esperándome tranquilo a que lo lleve a pasear, me está sirviendo para darme cuenta de la importancia que tiene.
Hoy hace un día espléndido, de esos en los que el cielo está azul y el sol crea luces y sombras, grandes contrastes, que es exactamente lo que me inspira para hacer el tipo de fotos que me interesan.
Lo que a mi me falta es desarrollar la paciencia.
Santa Teresa de Jesús, mujer sabia donde las haya, decía que la paciencia todo lo alcanza, así que intentaré seguir sus consejos y esperar tranquila a que lleguen días primaverales en los que pueda ir a las alturas y sacar fotos panorámicas de este maravilloso país de los vascos, cuyos verdes tan ricos en matices lucirán todo su esplendor, antes de lo esperado.
Los tilos de mi calle ya están sacando sus pequeñas hojas verdes, sobre todo los más viejos que tienen el tronco más gordo.
Y más tarde darán flores, con las que podré hacerme infusiones de tila, que me ayudarán a perfeccionar mi paciencia y así aceptar lo que viene con la vida, que siempre es lo que conviene.

Tenía un amigo que me conocía demasiado y hablando de mi paciencia, solía decir que todavía la tenía sin estrenar.
No me quedaba más remedio que callarme porque reconocía que tenía razón.

Tengo gran tendencia a ocuparme de lo nuevo y eso tiene la desventaja de que voy dejando lo antiguo sin ordenar, lo que no es buena idea.
Por eso me viene bien dedicar algunos días a ir poniendo en su sitio lo que había dejado de lado.
Supone un trabajo extra por no haberlo hecho en su momento.
Me obliga a pensar, a tomar decisiones, qué es lo que ya no me sirve para nada y se puede tirar a la basura, qué me conviene guardar porque tal vez algún día quiera hacer un montaje y lo necesite y así seguir pensando y calculando.
El trabajo de un artista es tan individual que difícilmente alguien puede ayudarme.
Todo lo tengo en mi cabeza y no lo puedo escribir ni contárselo a otra persona porque está basado en la inspiración.
Es posible que tenga ciertas ideas concretas con la idea de lo que quiero hacer, pero es haciendo cuando viene la inspiración y se consigue que se engarcen las ideas.

Así que hoy, las circunstancias me han obligado a cambiar el plan del día.
Para empezar he tenido que suspender la clase de natación ya que sin coche no puedo ir a Hydra, está demasiado difícil para acceder con mi débil rodillita.
Entonces, para aprovechar el día, ya he empezado a sacar fotos de los collages que iré publicando en el blog de mi producción artística, poco a poco.












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