martes, 13 de diciembre de 2016

CIENTO VEINTISEIS







Tienen tanto éxito las fotos que publico últimamente que cada día estoy más contenta.

Menos mal que todo tiene arreglo, porque me da la sensación de que he puesto un esfuerzo ímprobo en la pintura durante muchos años, casi toda mi vida, y ha tenido muy poca repercusión .
No me ha hecho feliz, ni me ha dado dinero.
Me puse terca con eso de que quise ser pintora desde que nací, lo cual es verdad, pero podía haberme dado cuenta antes, de que nos cuadros no tenían el éxito deseado.
Sin embargo, erre que erre yo seguía insistiendo hasta que me rompí la pierna y no me quedó más remedio que dejar de pintar y ponerme a escribir sentada frente al ordenador.
¡Que alegría tan grande empecé a sentir cuando iba a la clase de escritura y se hablaba de la importancia de usar el adjetivo correcto y el adverbio adecuado!
Y ese placer se hace cada día más profundo y se amplía, porque la ocasión de utilizar la palabra se encuentra en todos partes.



Ahora, escribiendo y sacando fotos estoy entusiasmada, ambas tareas me resultan bastante menos complicadas que pintar y cada día tengo más seguidores.
No quiero pensar que he perdido el tiempo dedicándome a la pintura, porque no quiero llevarme un disgusto.
Por lo menos espero haber aprendido a ser un poco humilde, ya que era evidente que no triunfaba por más que me empeñara.

Escribir me gusta, me resulta fácil, además me encanta leer y aprender, cada palabra produce en mi un placer extraordinario, tanto separadas como cuando las junto y formo una frase.
Doy gran importancia al lenguaje.


Respecto a la fotografía, salir de casa y volver con unas cuantas tomas que edito con alegría, publicarlas al momento y que gusten a mucha gente, me hace muy feliz.
Me resulta fácil y agradecido.



Parece mentira que a estas alturas de la vida, justo cuando la mayoría de la gente piensa en jubilarse, yo trabajo más que nunca, solo me apetece trabajar.
Rara vez salgo, elijo con atención cada salida ya que la satisfacción que me produce el trabajo, no la encuentro en los actos sociales.


Me siento agradecida porque estoy atravesando un maravilloso periodo de mi vida en el que lo única que me molesta de mi misma, es el sobrepeso.
Considero estúpido amargarme por estar rellena y seguir comiendo como un gargantua.
Estoy en un dilema:

O dejo de comer y adelgazo y me quito el complejo, o sigo comiendo lo que me da la gana y me acepto con todo lo que me sobra.






No hay comentarios:

Publicar un comentario