domingo, 11 de diciembre de 2016

CIENTO VEINTICUATRO







No puedo quitarme de la cabeza lo que dijo Joan Roca, chef y dueño del que está considerado el mejor restaurante del mundo, con tres estrellas Michelín.
Le estaban haciendo una entrevista y él, con una voz suave, agradable y respetuosa, contestaba sin petulancia.
Entre otras preguntas más o menos interesantes, le hicieron una que parecía que le costaba responder.

¿Cual es la cosa más rara que haya pasado en su restaurante?

Se quedó pensativo y al cabo de un ratito contó, que en una ocasión llegó una pareja que había reservado una mesa para tres, con un oso de peluche.
Se sentaron ellos y pusieron al oso en la silla correspondiente.
Pidieron tres menús.
Los camareros hicieron su trabajo.

Cada menú costaba 200 euros.





También entrevistaron a un caballero que se dedicaba a estudiar el español en profundidad y había escrito un libro sobre quinientas palabras para parecer más culto.
Inmediatamente lo compré en el Kindle y lo he empezado, pero me temo que seré incapaz de utilizar una sola de esas palabras porque son demasiado peculiares.

No obstante, Miguel Sosa, que es el autor del libro, contó algo sobre Goethe que me encantó.

Parece se que Goethe escribió una carta a alguien a quien tenía que explicarle algo y utilizó un folio y medio.
En la post data anotó:

Perdón por lo larga que es la carta, no he tenido tiempo para hacerla más corta.





Hoy he ido a las playas Salvaje y Sopelana para sacar fotos y me ha sorprendido la cantidad de gente que había, no en la playa sino en la parte de arriba viendo el paisaje, lo que no es de extrañar porque estaba maravilloso.
La marea estaba alta y en las olas, los surferos intentaban coger unas olas pequeñas que dudo les hayan hacho felices.
A pesar de que estaba nublado he hecho unas fotos preciosas.









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