miércoles, 16 de noviembre de 2016

CIENTO UNO








Hace tiempo leí un libro que se titula “El tao de la salud, el sexo y la larga vida”.
Tanto me interesó que lo volví a leer en cuanto lo terminé y de todo lo que allí aprendí, que no fue poco, lo que se me quedó grabado en la memoria, fue que la moralidad es hipocresía.
La explicación que se daba en ese libro me convenció de que tenía razón, no necesité volver a pensarlo.
Y ahora, varias veces al día, oigo en la radio y la tele que ciertos actos son legales pero no son morales y me entra la risa, porque recuerdo lo que leí en aquel libro.




Ahora están de moda los libros que enseñan el arte de decir que no, aunque cueste hacerlo.
A mi me educaron para ser amable y decir que si a todo.
También me acostumbraron a obedecer a las personas mayores y a acudir a bodas, fiestas y funerales.
Siendo ya mayorcita, me di cuenta de que me aburría en los actos sociales y dejé de ir. 
Comprobé que mi ausencia no alteraba el curso de los acontecimientos.
Yo no era imprescindible en los eventos y desde entonces dejé de ir a todo lo que no fuera de mi incumbencia.
Ya casi no me invitan a nada, por lo que no me ponen en el aprieto de decir que no, pero estoy de acuerdo en que no resulta fácil hacerlo.

Doy gran importancia a mi tiempo, que trato de emplearlo en asuntos que realmente me interesan, por lo que espero de los demás que no me pidan favores, a no ser que sea estrictamente necesario.
A mis hijos les he acostumbrado a decirles que si a casi todo lo que me piden.
Me conocen y saben que estoy muy ocupada por lo que no abusan, a pesar de que con ellos tengo la manga mucho más ancha que con mis amigos.

Recuerdo que cuando era joven y me gustaba algún chico me comportaba de una manera encantadora.
Me salían solas la amabilidad y la sonrisa, hasta que le veía la cara de cordero degollado y entonces me dejaba de gustar.

No lo consideraba hipocresía, porque para hacerme la simpática al principio no tenía que hacer ningún esfuerzo, me salía solo.

¿Qué es el mundo sino el gran teatro del que hablaba Calderón de la Barca?















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