jueves, 8 de septiembre de 2016

TREINTA Y OCHO









Hoy es un día difícil, en el que tengo que hacer un esfuerzo extra para permanecer tranquila.
Por un lado tengo la inauguración, lo que significa gente que viene a saludarme.
Me hablan todos al mismo tiempo y me dan besos y abrazos y yo sonrío sin saber qué hacer y me siento agradecida y por fin, cuando decido que ya no puedo más, me voy sin decir nada porque tengo alergia a las despedidas y cuando estoy en mi coche, respiro y me siento satisfecha.

Sin embargo, no todo ha terminado, porque sé que mañana me voy a Madrid en el autobús Premium que sale de Ereaga a las ocho de la mañana y tengo que preparar una maletita con lo mínimo, que casi es más difícil que cuando voy a estar varios días.
A pesar de todo lo que he viajado, todavía no he aprendido a hacer una maleta con cabeza.

El calor de Madrid me mata, pero la consulta con el doctor Álvarez de Mon es imprescindible.
Gracias a sus conocimientos, su perspicacia y mi obediencia, estoy saliendo adelante de una enfermedad difícil de diagnosticar y de curar.
En la primera consulta, él mismo me dijo lo mal que estaba y yo le pregunté:

Doctor: ¿Cree que podrá curarme”

Y él contestó sin titubear:

Si me obedece, si.

Así que, a pesar de que todo el asunto requiere usar la voluntad, lo hago encantada porque sé que es por mi bien.

En Madrid suelo ir a un hotel que se llama One Shot Prado que es de super diseño y está en el barrio de las letras, pero ahora estaba ocupado, así que encontré una habitación en el famoso Hostal Oriente que se encuentra en el Madrid de los Austrias, una zona en la que nunca he vivido.
Hace tiempo que tenía ganas de conocerlo, por fin ha llegado el momento. 
La primera vez que fui al One Shot Prado me hice clienta fija, me sentía como en mi propia casa.

Madrid me encanta.
Por motivos ajenos a mi voluntad, dejé de ir cuando cerraron la galería en la que solía exponer y
volví a ir con regularidad para tratarme con el profesor y desde entonces, aunque ya no todos los meses, voy a menudo y disfruto sobre todo yendo al Reina que es donde tienen las mejores exposiciones de arte conceptual.
A veces también visito los demás museos si tienen algo que me pueda interesar.
También veo alguna peli que no ponen en Bilbao.

Desde los trece a los diez y seis años estuve interna en el colegio de la Asunción de Santa Isabel, por lo que Madrid ha formado una parte importante de mi vida. 

Hoy hace un día gris, agradable, ha llovido y se agradece.

No sé si iré a la peluquería, lo estoy pensando.



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