martes, 16 de febrero de 2016

Capítulo 53_Amanda Nordhausen











Grande fue su sorpresa cuando estando tranquilamente en Concepto, luchando con el calendario para ver si podía adelantar la expo de Santiago Sierra, apareció una artista, amiga de Carlota, a quien hacía tiempo que no veía.
Había vivido unos años en California y ahora se estaba instalando en Bilbao.
Tenía una nieta y quería verla crecer.
Se dieron un abrazo porque en su día, antes de que se abriera la galería, coincidían en las inauguraciones y se hicieron buenas amigas.
Tenían gustos afines y solían quedar para ver exposiciones y cenar después.
Enseguida le puso al tanto de su encuentro madrileño con Santiago Sierra, a quien daba la casualidad de que Amanda Nordhausen había conocido en Méjico hace años, cuando pasó una temporada preparando una exposición para una galería que quería contratarla.
Carlota quiso que le contara todo lo que recordase sobre él, estaba realmente interesada.
No se encuentra un hombre tan fascinante todos los días.
Y menos todavía, una amiga que le ha conocido y le puede hablar de él.
Amanda le confesó que era un hombre difícil, por lo menos en aquella época.
Muy centrado en su trabajo y en la defensa de sus ideas, en momentos podía incluso parecer arrogante.
Aún así tuvo que reconocer que era empático y ciertamente vulnerable en ocasiones.
Le sorprendió que estuviera dispuesto a asistir a su propia inauguración, porque nunca la hacía, mucho debe de haber cambiado.
O tal vez Carlota le había deslumbrado y ante la idea de volverla a ver, accedió a seguir el protocolo de Concepto, ya que daban importancia a la presencia del artista en las inauguraciones.
A la gente en general le gusta conocer al artista.

Carlota no quería separarse de Amanda, no solo porque le hizo ilusión verla de nuevo, sino también porque estaba deseando que le hablara de Santiago Sierra.
Se lo hizo saber con toda naturalidad y Amanda reaccionó de la misma manera.
Dado que hacía un día estupendo, Carlota le propuso ir a comer al asador Arraiz, en pleno monte Arraiz (1) desde donde se puede contemplar un paisaje extraordinario, mientras saborean la cocina más tradicional de Bilbao.
Amanda no había estado nunca y pensó que era una idea estupenda.
Carlota había ido algunas veces y le apetecía hacerlo con Amanda.
Sabía que iba a apreciar tanto el lugar como la comida.
Durante el trayecto en coche casi no hablaron.
La carretera tiene tantas curvas y es tan empinada, que el conductor no puede permitirse el lujo de distraerse ni un segundo.
A Amanda no le importa estar en silencio, es una persona muy tranquila, que aunque de joven tuvo una vida muy ajetreada, después de dar muchas vueltas había encontrado el equilibrio gracias a Prem Rawat que es conocido como el embajador de la paz.
Cuando Amanda conoció a Prem Rawat su vida cambió por completo.

De ser una mujer hiperactiva, buscadora incansable, siempre insatisfecha, se convirtió en una persona serena, tranquila, con altas dosis de paciencia y siempre contenta.
No perdió su pasión por la vida y su entusiasmo, pero lo expresaba con cierta dulzura.
Estar en su compañía trasmitía paz.
A no ser que se le preguntara con verdadero interés, no solía hablar de su transformación, pero cuando lo hacía, elevaba el nivel de conciencia de los que le escuchaban con el corazón.
Carlota había visto algunos videos de las conferencias de Prem Rawat y a pesar de que reconocía que le llegaba a lo más profundo de su ser, le daba la sensación de que si le seguía escuchando, tendría que dejar de hacer su vida y dedicarse a viajar como Amanda, que se pasaba la vida desplazándose para asistir a sus conferencias, y no deseaba cambiar su estructurada vida por la que tanto había luchado.
Carlota comentaba lo que pensaba y Amanda la escuchaba sin interrumpirle.
Prem Rawat no trata de convencer a nadie y mucho menos de manipular.
Amanda lo sabe por propia experiencia, ya que ella misma había tardado nueve años en darse cuenta de que no solo deseaba lo que ofrece Prem Rawat, sino que lo necesitaba.
No se había dado cuenta de que le faltaba una pieza importante en su vida, precisamente la que hace que todas las demás adquieran sentido.

Mientras subían al monte Arraiz en absoluto mutismo, Carlota recordaba a la alborotada Amanda que ella había conocido, antes de que entrara en ese mundo de paz que le proporcionaba Prem Rawat .




1_Pequeña altura del macizo de Ganekogorta (361m.) donde se alzan los restos de una fortificación carlista.


No hay comentarios:

Publicar un comentario