jueves, 7 de enero de 2016

Capítulo 29_La Planificación










Los preparativos para la fiesta ocupaban todo el tiempo de Mónica.
Consiguió que Carlota le acompañara a Persuade y las dos cayeron rendidas ante la ropa de Johyi Yamamoto, lo que no es de extrañar, porque es un verdadero artista cuyos desfiles estilo zen, enamoran a la más reticente.
Las dos compraron una pieza de la colección y además, se inspiraron para combinarla con lo que ya tenían en sus armarios.
Mónica encontró un objeto que le gustó en la zona de decoración, pero no se decidió a comprarlo.
Sin que se diera cuenta su amiga, Carlota habló con la Rosa, la dueña y lo reservó.
Pensó que sería un acertado regalo de cumpleaños.

Definitivamente, la mentalidad de Mónica estaba cambiando a pasos agigantados.
¿Quien hubiera dicho hace unos meses que la recatada Mónica iba a vestirse en Persuade?
El amor hace estragos tanto en los hombres como en las mujeres.
Alguien me contó que un poeta escribió: “el amor es una senda por la que ni siquiera los lobos quieren transitar”.
Cuando comentó con Alonso algo sobre la fiesta, se dio cuenta de que su marido tenía verdadero interés en que invitara a unos ejecutivos de Iberdrola, con sus respectivas esposas.
No es que le hiciera gracia que utilizara su fiesta para hacer relaciones públicas, pero ella misma se lo había ofrecido, así que tuvo que callarse y poner buena cara.
Hay que reconocer que Mónica Menchacatorre es una excelente anfitriona y Alonso lo sabe.
Desde su más tierna infancia le habían enseñado a comportarse en sociedad.
Sabía hacer que las personas se sintieran cómodas cuando iban a su casa, les presentaba con encanto, se ocupaba de que estuvieran atendidas y aunque no se conocieran entre si, tenía la capacidad de juntar a la gente con afinidades comunes.
Sus fiestas tenían fama de ser impecables.
Antes de ir a América para estudiar su carrera, Mónica era un chica pusilánime, pero los años americanos la cambiaron.
Al volver a Bilbao estaba desconocida.
Sus padres no daban crédito al ver a la nueva Mónica tan valiente y desenvuelta.
En esa época, empezó a trabajar en la empresa de su padre y es cuando se dio cuenta de que prefería ser su propia jefa y montó su estudio para dedicarse a las webs.
Fue una verdadera pionera, ya que en España todavía no se había instalado la cultura de internet, pero en unos pocos años, no solo las empresas, sino también los autónomos querían tener su web, y pocos eran capaces de aprender código, así que los encargos le caían con asombrosa facilidad.
Al casarse descuidó un poco el trabajo, porque Alonso se empeñó en que aprendiera a jugar al golf.
Mónica lo intentó.
Tomó clases y salió al campo en la Galea, pero ni le gustaba ni lo hacía bien, así que pese a la insistencia de su marido, lo dejó.
También intentó jugar al paddle en el Marítimo, pero se aburría.
Además, en América aprendió a dar importancia al empleo del tiempo y para ella era más importante trabajar, que hacer deporte.
Aunque vivía en Getxo, su estudio estaba en Bilbao y la mayoría de sus clientes también, lo que unido a su amistad con Carlota, la impulsaba a pasar en Bilbao la mayor parte de su tiempo.
Mónica era una mujer cargada de sorpresas, ya que a pesar de aparentar ser una chica formal y decidida, también tenía su parte juguetona y no se oponía a un plan divertido.
El asunto de Gari era un poco más serio de lo habitual, por eso no se lo tomaba como una broma.
Poner en juego su matrimonio y su honorabilidad a la que daba importancia, le preocupaba, pero en su fuero interno sabía que en el momento en que Gari diera un paso hacia ella, caería en sus brazos sin oponer un ápice de resistencia.
Tal vez Gari no se había dado cuenta todavía de que Mónica estaba loca por él, o acaso pensaba que era incapaz de engañar a su marido, o quizás no se atrevía a aventurarse en un romance que nadie sabe a donde va a ir a parar.

No importa.

Se decía a si misma.

Yo tampoco quiero tener algo serio con él, sino todo lo contrario, por nada del mundo me arriesgaría a perder a Alonso.
Creo que Gari es exactamente lo que necesito para alegrarme un poco la vida, después de diez años de matrimonio.

Todavía estaba leyendo Anna Karénina y solo pensaba en lo atractiva que resulta una relación prohibida.

Además yo no soy Anna Karénina.

Así se daba permiso a ella misma para cometer un adulterio, cuya palabra ni siquiera formaba parte de su vocabulario hasta que ese libro cayó en sus manos.

Tenía dudas sobre si debía contratar un DJ para la fiesta.
Por un lado pensaba que la música alegra, pero por otro lado también sabía por experiencia, que cuando la gente se anima y se pone a bailar, bebe más y al final destroza la casa.
Alonso le dijo que mejor sin música, porque los de Iberdrola eran muy serios y prefería que la fiesta resultara tranquila.
Además, querías presentarles a algunos amigos suyos de la Pool, que podrían interesarse mutuamente para hacer negocios.
Mónica se quedó lívida.
Que no dijera ni mu, no significaba que estuviera de acuerdo, sino que más bien que se le cayó el alma a los pies, pensando que Alonso estaba tomando su fiesta de cumpleaños, que para ella era pura diversión, como una ocasión para hacer relaciones públicas.
Pensó:

La próxima vez mi fiesta será mía y Alonso será un invitado.
Me equivoqué haciéndole partícipe.
Solo le interesa el trabajo.

No quiso dar más importancia al asunto para no ponerse de mal humor.
Siguió con los preparativos.

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