domingo, 29 de noviembre de 2015

Capítulo 9_Conversación con Jose Ramón Sainz Morquillas









Txerra llegó a Concepto a la hora convenida.
Carlota le esperaba en su despacho y le saludó con entusiasmo.
La galería estaba preciosa con una instalación de Danae Stratou, la esposa de Varoufakis, el que fuera ministro de economía en Grecia durante un corto periodo de tiempo.
Carlota trabaja duro y gracias a su esfuerzo y simpatía, consigue exponer obras que ni siquiera los grandes museos son capaces de mostrar.
No le importa que no sea comercial, es el prestigio de Concepto lo que estimula su dedicación.
Cuando Txerra entró en la galería se sintió impresionado, desconocía el alto nivel de ese espacio que se movía con discreción.
En los circuitos comerciales del arte, existe cierto secretismo que no se sabe bien para qué sirve, pero hay camarillas que se vanaglorian de estar enterados de asuntos que solo alcanzan a unos pocos privilegiados.
Luego guardan las piezas en sus casas y solo las muestran a quienes consideran aptos para apreciarlas.
Mucho cuento.
Concepto se distinguía por llevar una línea independiente.
No participaba en las ferias de arte.
Gracias a los coleccionistas fieles, se podía permitir el lujo de traer a los mejores artistas, sabiendo que serían respetados en su justo valor.
La conversación entre la galerista y el artista transcurrió sin distensiones, una charla franca, directa, sin segundas intenciones.
Se interesaban mutuamente y no necesitaban disimularlo.
Carlota le habló sin remilgos, contándole que tenía un hueco porque le había fallado una pintora y pensó en cubrirlo con él.
Comprendiendo que no le daba tiempo para preparar una exposición en toda regla, había pensado en el pequeño formato, con la intención de vender todo antes de la inauguración.
Al principio Txerra se mostró sorprendido, no era lo que esperaba, pero reaccionó enseguida y antes de darle la contestación definitiva, le dijo que prefería ir a su estudio, revisar las piezas y tomar la decisión.
Se comprometió en contestarle dentro de una semana.
Carlota accedió.
Ambos se dieron la mano con la sensación de que el trato estaba sellado.

Satisfecha con la conversación mantenida con Morquillas, a Carlota se le ocurrió invitar a Mónica a comer un buen pescado salvaje en La casita de Sabino, la nueva taberna de la calle Henao, de la que le habían contado maravillas.
Mónica acababa de llegar de Biarritz donde había pasado el fin de semana con Alonso.
Aceptó la invitación.
Reservó una mesa y a las dos se encontraron en la puerta, entre el barullo de gente que entraba y salía de ese lugar tan encantador, que parece un trozo de Lekeitio en pleno centro de Bilbao.
Mejillones para picar y un pez llamado machote en Cantabria y en Santurce mazote, breka en Bilbao y en la costa vasca, momarra.
Es un pez de roca poco conocido para el gran vulgo, pero cuando lo pruebas, deseas repetir una y otra vez.
El lugar es delicioso, alegre y festivo con una actividad frenética y todo excelente.
Carlota estaba eufórica tras su conversación con Morquillas y Mónica la escuchaba con atención.

El fin de semana en Biarritz había sido un éxito.
Se había tranquilizado y consiguió apartar de su pensamiento la obsesión con Gari.
A pesar de que lo que más le apetecía era preguntarle a Carlota por su primo, tuvo la fuerza suficiente para controlarse y escucharle todo lo que le contaba, mostrando un interés que no sentía.
Cuando Carlota le preguntó por Biarritz, Mónica le habló de todos esos planes, que a veces incluso ellas mismas habían hecho juntas.
Parecía contenta y daba a entender que la relación con Alonso estaba mejor que nunca.
Carlota tuvo la sensación de que lo que había creído notar entre Gari y Mónica, había sido una falsa alarma y no volvió a pensar en ello.

Mejor_ se dijo a sí misma_ estas historias suelen traer problemas, mejor evitarlas.

Quedaron en verse el próximo fin de semana.
Hasta ahora nunca se habían guardado un secreto, siempre se contaban todo, pero Mónica sabía que un adulterio es un asunto serio y por nada del mundo quería que llegara a oídos de su marido o de cualquiera de su familia, para lo cual, lo mejor es mantener la boca cerrada.

Por lo demás, la vida sigue su curso.
Los altibajos mentales de Mónica van cediendo y poco a poco recupera su rutina, una vida sin problemas y sin algarabías, algo con lo que siempre se había conformado.

sábado, 28 de noviembre de 2015

Capítulo 8_El berrinche de Mónica











Pasan los días y Mónica sigue sin recibir noticias de ningún Abrisketa.
Ahora, es su amor propio el que le impide llamar, no solo a Gari sino a Carlota, con quien nunca ha tenido un solo malentendido.
Su cabeza está en constante ebullición. 
No se explica que pueda sucederle algo así a Ella, a Ella, que es el centro del universo.
No comprende que Gari le dijera que le llamaría para enseñarle la casa cuando la tuviera puesta y que esa llamada no llegue y todavía entiende menos, que Carlota no la llame para preguntarle qué tal le va la vida.
Podría llamar ella pero su orgullo se lo impide.

No juzgó a Carlota cuando estuvo haciendo la biodescodificación y aunque la escuchaba atentamente cuando le contaba los pasos que estaba dando hacia la libertad, nunca pensó que también a ella podría ayudarla.
Estaba plenamente convencida de que todo en su vida permanecía ordenado.
Mientras era una joven despreocupada, estar tan pendiente de si misma, no tenía importancia.
Ahora resulta anacrónico que siga creyéndose la niña mimada de su padre, de su marido y de los que la rodean.
Todos han madurado y quien más y quien menos, tiene responsabilidades.
Se ha vuelto incapaz de hacer un favor, su madre sabe que no puede contar con ella, puesto que su tiempo es sagrado.
Su padre no se encuentra bien y los hermanos se turnan para atenderle, pero cada vez que han intentado hablar con Mónica, ha sido imposible, porque tiene cosas más importantes en las que ocupar su tiempo.
La verdad es que está desquiciada desde que se ha obsesionado con Gari.
Cuando tomó la decisión de tener un affaire con él, sin ni siquiera estar segura de ser correspondida, se metió en un laberinto del que es incapaz de salir.
Y lo peor de todo es que se encuentra en tal estado de nervios, que lo único que tiene claro es que no debe comentarlo con nadie.

Tener una aventura extramatrimonial no es el fin del mundo, mientras se lleve a escondidas.

Se dice a si misma para tranquilizarse.
No es eso lo que le preocupa.
Nunca ha sido infiel a su marido porque no le ha llegado la ocasión, pero ahora que parecía que se le presentaba, justo cuando su matrimonio empezaba a aburrirla, no acepta que Gari haya desaparecido del mapa, después de haber tirado la piedra.
Ella, Mónica Menchacatorre, es una mujer que está hecha para gustar a los hombres.
No puede soportar la idea de que ese vasco prepotente se vaya de rositas.

¡Si por lo menos no fuera tan atractivo!

Clamaba en su desesperación.
Mónica había fantaseado en tener unos encuentros clandestinos en la casa de Gari, a donde iría en metro, para que nadie la viera aparcando su coche por los alrededores de Ajuriaguerra.
Planeaba que estar juntos sería suficiente para mantener una pasión tan ardiente como la que ella imaginaba.
No pensaba en que Gari es un hombre soltero, que no tiene que dar explicaciones a nadie y que posiblemente, cuando no estuviera con ella, saldría con otras chicas.
Para él, Bilbao era una plaza nueva, llena de posibilidades.
Tampoco se le pasó por el magín, que su capricho, de llevarlo a cabo, podría hacer daño a Alonso.
Jugar con los sentimientos de los demás, no formaba parte de sus preocupaciones.
Solo quería conseguir su propósito, que cada vez estaba más definido: tener un idilio con Gari.
Estaba hecha un lío.
No se concentraba en el trabajo, no tenía ganas de hacer nada, excepto pensar en él y cuando Alonso intentaba acercarse a ella, se ponía de uñas, como si fuera un animal rabioso.
Hasta tal punto la notó intranquila su marido, que le propuso pasar el fin de semana en Biarritz.
Antaño solían ir al Palais, comían Chez Albert en el puerto viejo donde los pescados son excelentes  y se daban una vuelta por la Maison Arostéguy, donde encontraban productos gourmet de primerísima calidad, como el delicioso pimiento de Espelette.
Por supuesto, hacían una parada en Les Sandales d’Eugenie, donde tienen las alpargatas más bonitas del mundo, que están hechas en La Rioja.
Alonso solía aprovechar para comprarse alguna corbata en Hermés, de las que tenía una buena colección, ya que solo con esa seda conseguía que el nudo le quedara a su gusto.
La famosa frase de Oscar Wilde le había marcado:

“Una corbata bien anudada, es el primer paso serio en la vida de un hombre”

A Mónica le gustaba comprar Acqua di Parma en Elysées Parfums de la Place Clemenceau, ya que en Bilbao no lo encontraba con facilidad. 
Se dejaban caer chez Miremont aunque solo fuera para disfrutar del encanto del local, sin olvidar los milhojas, que eran los preferidos de Alfonso XIII.
Cuando se lo propuso a Mónica, le pareció una buena idea.
Hacía tiempo que no pasaban un fin de semana juntos y pensó que le vendría bien cambiar de ambiente y se distraería.
No se soportaba a si misma en ese estado de incertidumbre.
Alonso estaba divertido con el nuevo plan de jugar al golf en la Galea los fines de semana, pero quería mucho a Mónica y deseaba por encima de todo que se tranquilizara.

Desconocía el motivo de su desasosiego, pero estaba seguro de que un fin de semana en Biarritz mano a mano, sería un plan estupendo para ambos.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Capítulo 7 _ Garikoitz Abrisqueta









Vivir en Francia cambia el ritmo de la existencia de alguien que como Garikoitz Abrisketa, solo conocía Bilbao, cuando todavía era una ciudad bastante provinciana.
No olvidemos que la reconversión industrial duró toda la década de los 80 y en realidad el verdadero resurgimiento, fue motivado por el museo de Gehry, el metro de Foster, el Azkuna Zentroa de Philip Stark, los edificios de Calatrava, las esculturas de Serra y en definitiva, las obras producidas por emblemáticos artistas, que provocaron la venida de extranjeros, lo que hizo que a los bilbaínos no nos quedara más remedio, entre otras asignaturas, que aprender inglés, pues a pesar de que siempre se ha presumido de la relación con Londres y los muebles de Portobello, la verdad es que en Bilbao, la gente siempre ha estado más cerca de Francia.
La familia Abrisketa es la clásica familia de BDTLV (1), afiliados al partido político más votado por los vascos, el PNV (2), orgullosos de su estirpe y de su lengua.
Son Euskaldunes (3) y para ser más precisos, diré que el verdadero motivo por el que a Gari no le quedó más remedio que huir, fue que la policía registró su casa y encontró un ejemplar de “Euskadi ala Hil” (4).
Desde entonces dejó de jugar a terrorista y se dedicó a coger olas, que era más divertido y se le daba  mejor.
La influencia de la cultura francesa fue decisiva en su trayectoria vital, ya que rompió los esquemas que le habían marcado sus padres.
No estudió una carrera en el sentido literal de la palabra, pero la inmersión en un mundo diferente, en el que se da gran importancia al conocimiento en todos los ámbitos de la vida, hizo de Gari un hombre sofisticado, gran conversador, activo en las redes sociales y documentado.
Tiene muy claro que no desea hijos, por lo que se le han frustrado algunas relaciones que prometían.
Además, para Gari, pasar los meses de diciembre y enero en Bali cogiendo olas, era imprescindible.
Le gustaba ir solo, se instalaba en el Surfcamp donde ya tenía sus tablas y los trajes de neopreno desde hace muchos años y allí se sentía en su elemento.
Conocía a la gente y le conocían a él.
No solo mejoraba su forma física sino que también, reflexionaba, leía y bebía menos de lo acostumbrado.
Movido por el amor, hace años llevó a una de sus conquistas que se empeñó en acompañarle y resultó un fracaso.
No es la compañía de una mujer lo que necesitaba cuando estaba en Bali, sino el encuentro consigo mismo.
La única relación que le hizo plantearse cambiar de lugar de residencia y por lo tanto de vida, fue la que tuvo con Greta Klausen, de la que se enamoró como un niño y casi se instala en Berlín con ella, pero cuando más unidos se sentían, Gari quiso poner las cosas claras y le confesó que no estaba dispuesto a tener hijos bajo ningún concepto.
Greta lloró e incluso él derramó alguna lágrima.
Realmente se amaban y estaban muy a gusto juntos, pero ambos tenían muy claro el asunto de los hijos y la incompatibilidad era evidente.
Greta creyó haber encontrado en Gari el padre para el hijo con el que siempre había soñado.
Tuvieron que separarse.
Desde entonces Gari no había vuelto a sentir algo parecido por ninguna mujer.
Salía y entraba, picaba aquí y allá, a poder ser extranjeras y volvía a sus costumbres tan contento.
Habla con soltura inglés y alemán, ademas de español, Euskera y francés.
Ya tiene una edad en la que el único cambio de vida que se plantea, es el de establecer una segunda residencia en Bilbao, siempre con el firme propósito de vivir en soledad.
No quiere meter a una mujer en su casa.
Tiene pánico a que le alteren sus costumbres.
Gari es tranquilo, no le gusta discutir, amable por naturaleza y con cierta tendencia a ceder cuando las cosas se ponen difíciles, lo cual le deja un sabor amargo, como de haber hecho excesivas concesiones  y no quiere que eso se repita.
Para evitarlo, lo mejor es estar solo y no permitir que nadie se le acerque demasiado.
Tiene una teoría que suele poner en práctica y le va bien.
Suele decir:

Hago pis a mi alrededor para delimitar mi territorio, como los animales y no consiento que nadie traspase ese círculo.

Sus amigos se ríen, no obstante se dan cuenta de que consigue su propósito de seguir haciendo siempre lo que quiere, sin dar explicaciones a nadie.
Como buen sagitario, donde pone el ojo allá va la flecha.
La libertad es su emblema y cuando sonríe, solo significa que no tiene intención de cambiar sus ideas.
Es tan optimista que a veces resulta irresponsable.

La amiga de su prima Carlota le gustó.
Se dio cuenta desde el primer momento de que Mónica era una niña malcriada, caprichosa y que había leído muchos libros de caballerías, pero su afán de aventura y la confianza que le caracterizan, le daban ánimos para intentar conquistar a una mujer bonita.
El hecho de que estuviera casada no suponía un impedimento.
En Francia, engañar al cónyuge  no es necesariamente un problema.
Se da por hecho que una infidelidad de vez en cuando aviva el deseo.
La cultura francesa es muy comprensiva en los asuntos del amor.
El hecho de tener una aventura con Mónica es un buen aliciente para dar el paso de empezar a establecerse a Bilbao.
Cuando se encontró con ella en el Guggenheim y le llevó a su casa todavía vacía, se dio cuenta de que ella se alteraba estando mano a mano con él.
Pensó en la posibilidad de que ella no le rechazara si hacía un avance.
Prefería tomar el asunto con calma.
No le gustaba que las cosas fueran fáciles, él esperaba algo inteligente, explotar todos los juegos del amor, con sus tira y afloja, utilizando las artes amatorias de las que todos los poetas han hablado desde El Maestro Tongxuan en el siglo III antes de Cristo (5)  hasta los millones de tratados en nuestros días.
Gari no solo había estudiado el arte de amar en sus viajes por Asia, sino que también lo había practicado y se había convertido en un experto, como en casi todas las áreas que le interesaban.









(1) BDTLV _ Sigloide que significa: Bilbao De Toda La Vida.
(2) PNV_Sigla que significa: Partido Nacionalista Vasco.
(3) Euskaldun es una palabra que en vascuence quiere decir «vascohablante»
(4) Euskadi o la muerte: libro editado en San Juan de Luz, ilustrado con fotografías tanto de miembros de eta muertos, como imágenes de entrenamiento o de represión y tortura.
(5) El Maestro Tongxuan ha dicho: "De todas las diez mil cosas creadas por el cielo, el hombre es la más preciosa. De todas las cosas que hacen al hombre próspero, ninguna puede compararse con el acto sexual. Este se modela a semejanza del cielo y toma como ejemplo la tierra, regula el Yin y gobierna el Yang. Aquellos que comprenden su importancia, podrán nutrir su naturaleza y prolongar sus años de vida; aquellos que no entiendan el verdadero significado, se dañarán a sí mismos y morirán prematuramente.





lunes, 23 de noviembre de 2015

Capítulo 6_Carlota Abrisqueta












Mónica es Géminis.
Eso significa que tiene dos personalidades diferentes y que va a la velocidad del rayo.
Cambia de estado de ánimo sin previo aviso, por lo que resulta difícil convivir con ella.
Es encantadora cuando quiere, pero puede pasar a todo lo contrario en cuestión de segundos.
Signo de aire, que se mueve bien en el terreno mental, amante de la conversación, le cuesta expresar sus sentimientos porque los filtra por el cerebro.
Carlota sabe que Mónica está atravesando un periodo difícil y le encantaría ayudarla, pero la conoce bien y prefiere esperar a que ella se acerque.
Carlota es una Piscis amorosa, con una sabiduría innata que se mueve únicamente por las emociones.
Tiene un poder sobrenatural, que le da la capacidad de entender a la gente, de sentir lo que está oculto a los demás.
Ha vivido cerca de Mónica toda la vida y ha sabido apartarse cuando notaba que Mónica necesitaba estar sola.
Eso es lo que ha decidido hacer desde que ha visto que algo estaba pasando entre su ella y su primo Gari.
Lo vio venir antes de que ellos mismos lo supieran.
No quería intervenir ni ser testigo, así que se volcó en su trabajo.
Tenía organizadas todas las exposiciones del año en curso, por lo que le contrarió bastante que le fallara una pintora italiana, a la que conoció en Sicilia cuando estuvo de vacaciones en verano, sola por primera vez en su vida, disfrutando de su recién estrenada soltería.
Prefería exponer a mujeres, sabía que lo tienen más difícil, pero hacía tiempo que andaba detrás de un artista vasco:
Jose Ramón Sainz Morquillas.
Le representaba la galería Vanguardia, por lo que nunca se atrevió a proponerle nada, no obstante se enteró de que había participado en una colectiva en un espacio de Bilbao y decidió intentarlo.
Jose Ramón Sainz Morquillas tenía mucho talento y se comentaba que no comulgaba con ruedas de molino.
Carlota no le conocía personalmente.
Había seguido su trayectoria desde que ganó el Gure Artea de Escultura en 1988.
Hacía tiempo que no había visto nada de él.
Sabía que andaba enredado en desavenencias con el museo de BBAA de Bilbao, y tenía problemas con una exposición pendiente, pero pensó que eso no le impediría exhibir, tal vez obra de pequeño formato
Si aceptaba su propuesta, estaba segura de que la exposición tendría un éxito rotundo y vendería todo, incluso antes de la inauguración.
El talento es quizás lo único que puede suscitar más envidia que la belleza (1).

Los coleccionistas que acudían a Concepto, estaban deseando hacerse con obra de ese artista polémico y controvertido y sin embargo, muy respetado en los circuitos de los entendidos.
Los connoisseurs (2) estaban al acecho sin querer demostrarlo.
Carlota le localizó en internet y le invitó a que pasara por la galería al día siguiente para mantener una pequeña charla.
No le adelantó el motivo. 
Prefería preguntarle antes de seguir con el asunto, hasta qué punto estaba comprometido con Vanguardia.
Quería hacer bien las cosas.

Estaba contenta.
La idea de llevar a cabo el deseado proyecto desde que inauguró la galería, no solo le ayudó a olvidar a la italiana, sino incluso a Mónica y los problemas que se le avecinaban.
La trayectoria de Carlota había seguido un camino muy diferente al de su amiga.
Al dejar a su marido, supo que empezaba una fase, en la que iba a necesitar utilizar toda su fuerza y coraje para vivir de acuerdo a su experiencia, de la que quería ser discípula.
Se prometió a sí misma que jamás en la vida, por mucho que el deseo o la tentación se interpusieran,  volvería a dejarse engañar.
Lo que más le molestó de su marido fue que le hiciera creer que era un hombre respetuoso, hasta que al casarse pretendió dominarla.
No fue perder un compañero en el que había confiado hasta el punto compartir la vida con él, sino la extraña sensación de haberse dejado tomar el pelo.
Fue lo suficientemente lista, como para saber que en esos momentos en que aparentemente todo se tambalea, necesitaba ayuda.
Había leído varios libros sobre las terapias de la Nueva Era.
Siempre hay alguna que destaca y pronto descubrió que la más eficaz era la biodescodificación.
Tuvo la suerte de que Mercé Freixas que vivía en Barcelona, pasaba consulta en Bilbao todos los meses, donde ya tenía varios clientes que estaban encantados trabajando con ella.
Se puso manos a la obra con su árbol genealógico y entre las idas al cementerio de Derio, donde estaba enterrada casi toda la familia Abrisqueta en un panteón familiar y el cementerio de Santurce del que era oriunda la familia de su madre, los Saralegui, pronto completó las fechas más importantes, a través de las cuales, Mercé descubrió que el que fuera su marido había sido su doble, lo cual representó un inconveniente para la buena avenencia del matrimonio.
Disuelta la emoción principal desde el inconsciente, Carlota se relajó y siguió desprogramando creencias, herencias, dobles, espejos y toda la retahíla de obstáculos que le habían impedido vivir su propio programa vital.
Pronto se sintió ligera y empoderada.






(1) Sugiero revisionar la película Amadeus, impresionante adaptación de la obra de Shaffer sobre la vida de W.A. Mozart, narrada a través de un Salieri consumido por los celos ante tanto talento.
El cine tiene aquí el mejor retrato de uno de los más comunes de los sentimientos humanos: la admiración con espuma de envidia.
(2) Un connoisseur (del Fr. connaisseur, de conoistre, connaître que significa “saber de algo”) es una persona con un gran conocimineto sobre las Bellas Artes o un experto en temas de gusto.

viernes, 20 de noviembre de 2015

Capítulo 3_La vida sigue su curso












Esa noche todo fue diferente.
Alonso llegó a casa y Mónica estaba recompuesta, segura de sí misma y sabiendo que por encima de todo, pasara lo que pasara, no pondría en peligro su matrimonio; le recibió más cariñosa que de costumbre y dispuesta a dedicarle su atención.
Se interesó por su trabajo y hablaron como hacía tiempo no lo hacían, con la complicidad de dos personas que tienen un proyecto de vida en común.
Se sentía plena por dentro y eso le daba fuerza.
Desde que había decidido seguir casada con él, empezó a sentir algo que tal vez no fuera amor, pero sí, un interés genuino.
Visto con cierta frialdad, se daba cuenta de que su marido le ofrecía protección, algo parecido a lo que sentía cuando dependía de su padre.
Sabía que Alonso era un hombre de ley, responsable e interesado en seguir casado con ella.
Tal vez tampoco él sintiera un amor apasionado, pero ambos sabían que el hecho de estar juntos les convenía y eso ayudaba a que tuvieran un entendimiento cordial.
Durmieron plácidamente convencidos de que sus vidas eran envidiables.
No se les había ocurrido que se podía pedir algo más que tener las necesidades básicas cubiertas y ocupar un puesto respetado en sociedad.

Mónica pensaba en Gari, sin ser consciente de que se podía meter en unos vericuetos cuyas reglas desconocía.
Estaba dispuesta a todo y eso quería decir que no tenía intención de arruinar su matrimonio, pero tampoco iba a dejar pasar la ocasión de tener una aventura en su acartonada vida.
Gari despertaba en ella algo que tenía dormido y que le había empezado a proporcionar un placer inesperado.
Estaba tranquila, puesto que habían quedado en verse en cuanto llegara Marlène de París.
Marlène, la esposa de Beñat era una francesa muy sofisticada, que se había enamorado de él y se acomodó estupendamente a vivir en Arminza donde era muy feliz cultivando su huerto ecológico y maquetando la revista Vogue España que era su trabajo principal, el cual la mantenía al día en la moda y le proporcionaba unos viajes que alteraban la rutina de la vida en el pueblo.
Los Abrisqueta le habían acogido con mucho cariño y siendo hija de padres divorciados, encontró, además de un buen marido, una familia que le hizo sentir que pertenecía al clan, algo que había echado en falta toda su vida..
Había congeniado con Carlota a pesar de ser bastante más joven y de llevar vidas muy distintas.
Carlota vivía en Bilbao.
Dirigía una pequeña galería de arte que habían montado entre varios socios y además de ir formando su pequeña pinacoteca, tenía cierto prestigio como entendida en arte contemporáneo.
La invitaban a todas las inauguraciones del Guggenheim y se relacionaba con artistas, tanto de Bilbao como con los que exponían en su galería, llamada "Concepto".
Todos los meses inauguraba una nueva exposición a la que seguía una cena en la que disfrutaban de lo lindo.
Conocía mucha gente y tenia pequeños romances que duraban lo suficiente para estar entretenida y no causarle problemas.
La experiencia de su matrimonio le había marcado en el sentido de no querer comprometerse. 
No quería arriesgarse a pasar por algo parecido.
Antes de casarse habían vivido dos años juntos y todo era tan perfecto que cuando su novio le propuso casarse, con el fin de hacer oficial la relación, pensó que nada cambiaría.
Se equivocó.
Pronto su recién estrenado marido, empezó a comportarse de modo muy diferente.
Se volvió celoso y le quiso prohibir la asistencia a las inauguraciones.
Carlota se negó en rotundo a obedecerle y en unas semanas se marchó de la casa, alquiló un ático encantador en la plaza Euskadi, frente a la torre de Iberdrola y pronto se acostumbró a la libertad que le proporcionó deshacerse de un hombre que se había convertido en una molestia.
La relación que mantenía con Mónica era sagrada.
Por lo menos una vez a la semana comían juntas para ponerse al día de sus asuntos.
La confianza que tenían entre ellas era total.
Sin secretos.
Se conocían y se aceptaban.
No se juzgaban ni se daban consejos.
Libertad compartida, un tesoro difícil de conseguir.
Ambas eran conscientes de que lo que tenían era algo muy precioso y lo cuidaban con esmero.
Mónica estuvo muy cerca de Carlota cuando tuvo que tomar la decisión de dejar a su marido, apoyándola en todo, sin hacerle preguntas.
Probablemente, el compromiso que tenían entre ellas fuera bastante más profundo del que tenían con sus maridos.
La certeza que ofrece la amistad, difícilmente puede encontrarse en las relaciones amorosas, donde la sombra de la desconfianza asoma en ocasiones.
Pasaron varios días sin que sucediera nada que alterara las vidas de nuestros amigos.
Parecía que habían olvidado las promesas de verse y los buenos momentos que pasaron.


Mónica volvió a su rutina, siguió con sus actividades y dejó que el tiempo fuera poniendo en orden sus alborotados sentimientos.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Capítulo 4_De compras en IKEA















Por fin llegaron noticias.
Carlota avisó a Mónica para decirle que Marlène ya había vuelto y estaba organizando una comida en el jardín, a la que estaban invitados ella y Alonso, además de otros amigos comunes.
Mónica dijo que asistirían encantados, dando por hecho que a Alonso le apetecería.
Se las prometía felices, no obstante al comentarlo con Alonso, se llevó un gran chasco, ya que se había comprometido para ir a San Sebastián a ver a sus padres.
No tenía escapatoria.
Los Vergarajauregui no eran especialmente pesados, pero consideraban que los asuntos de familia son sagrados y todos los hermanos son muy conscientes de ello, por lo que Mónica tuvo que hacer de tripas corazón y disimulando la frustración que sentía, no le quedó más remedio que llamar a Carlota y contarle, que muy a su pesar, no podían asistir a la fiesta.
Estaba furiosa.
Quería mucho a la familia de Alonso y siempre había tenido una excelente relación con todos, especialmente con el padre, sin embargo ese domingo estaba tan desanimada, que no fue capaz de hacer el paripé y José María, su suegro, preocupado, le preguntó si se encontraba bien.
Ella dijo que si, que todo estaba en orden, pero era evidente que algo la perturbaba.
No insistió.
También Alonso se dio cuenta de que el comportamiento de Mónica no era el habitual y cuando se montaron en el Range Rover para volver a casa, se lo comentó.
Mónica se cerró en banda y dijo que se encontraba perfectamente.
No tenía ganas de hablar, estaba cansada, eso era todo.
El plan que había urdido parecía simple en teoría, mas a la hora de ponerlo en práctica, había muchos elementos que ella no gobernaba, empezando porque el seductor comportamiento de Gari. que había puesto en función sus fantasías, se había evaporado.
Intentó seguir con su vida, tratando de que el tema no le afectara y tuvo el coraje suficiente para decirle a su marido que necesitaba sentirse más libre.
Lo hizo de una manera tan natural y encantadora, que a Alonso no le quedó más remedio que aceptarlo y desearle lo mejor.
Le explicó, que en ese momento de madurez, en que las decisiones que se toman suelen ser duraderas, pensaba que estaba contenta con la vida que ambos habían organizada y que le gustaría seguir viviendo con él y ser su compañera, pero a veces necesitaba estar a su aire, viajar sola, conocer gente nueva, tener su vida, además de la que tenían en común.
Había leído "Una habitación propia" de Virginia Wolf y se le habían despertado algunas necesidades.
Tenía montado su estudio de trabajo en la Alameda de Mazarredo, cerca de los jardines de Albia.
Allí no sólo hacía las webs sino que también lo utilizaba para pequeñas reuniones de trabajo, a las que ahora quería añadir festejos con amigas, por lo menos eso es lo que le dijo a su marido.
Antes no había sentido la necesidad de tener un espacio individual, en el que nadie tuviera el derecho de entrar.
Desde un punto de vista físico ya tenía una habitación propia, pero el sentido de privacidad del que hablaba Virginia Wolf, era un concepto nuevo para ella.
Le dijo a Alonso que no tenía intención de hacer nada que pudiera molestarle o faltarle al respeto, pero que prefería relacionarse con él de una manera más libre.
Alonso le dijo que sí a todo, pensó que sería bueno para los dos, ya que él también a veces se sentía un poco obligado a estar con ella.
Tenía ganas de jugar al golf los fines de semana, pero no quería dejarle sola a Mónica, por lo que le gustó la idea de tener tiempo para dedicarse a su pasión favorita.
Cuando se encontraba con algunos jugadores en las clases de Derio, le tomaban el pelo por no ser capaz de decirle a su mujer que le apetecía jugar al golf con sus amigos.
Ellos lo hacían siempre que podían, todos los momentos libres los dedicaban al golf.
En sus vidas, las prioridades estaban bien marcadas:
Lo fundamental, el trabajo.
Después el golf.
Y por último la mujer y los hijos.
En el caso de Alonso, el tema se había complicado al decidir no tener hijos, porque los hombres de ese estilo, piensan que cuando la mujer tiene un hijo, ya está entretenida y el hombre puede huir sin remordimientos.
Es una mentalidad que todavía persiste en algunos círculos sociales.
Por eso cuando Mónica le planteó a Alonso que deseaba tener más libertad, todo se desarrolló con total comprensión y sin esfuerzo.
Mónica estaba contenta, por lo menos ella iba dando sus pasos y así preparaba el terreno para lo que pudiera suceder.
Le parecía raro no tener noticias de los Abrisqueta, ni siquiera había hablado con Carlota para que le contara cómo había resultado la fiesta y no quería llamar, para que no se notara su interés.

Decidió ir al Guggenheim a ver la exposición de Koons, con la buena suerte de que Gari estaba allí y demostró alegría al encontrarse con ella.
Se puso nerviosísima, mas Gari, muy tranquilo, la llevo a la terraza, pidió unos verdejos muy fríos y sin hablar, esperó tranquilamente a que se relajara.
El camarero tomó su tiempo en servir.
Como en otras ocasiones, al tener una copa en la mano, Mónica recuperó su aplomo y se sintió ligera y satisfecha de encontrarse en una situación tan deseada.
Gari estaba espléndido.
Se vestía con ese aire francés indefinido, que solo se adquiere cuando se vive en Francia.
Además de tener un cuerpo delgado y bien proporcionado, el verde de sus ojos destacaba sobre la piel morena del rostro curtido por el mar.
No olvidemos que Gari era un surfero profesional, que se metía en el agua tanto en invierno como en verano.
Mónica, a su manera, también estaba muy guapa.
Vestía bien, en plan algo convencional.
Vaqueros apretados con camisas de seda de Massimo Dutti, que le daban cierto aire de señora elegante.
Lo verdaderamente excepcional era su blanco y cuidado cutis que resplandecía con luz propia.
Hablaron de naderías y empezaron a sentirse a gusto.
Gari le contó que había estado muy ocupado buscando un apartamento en Bilbao donde quería instalarse, aunque no permanentemente.
La idea era mantener el pied_a_terre que tiene en Bidarte y pasar largas temporadas en Bilbao, ya que considera que la ciudad cada vez está más viva y atractiva.

Si te apetece _le dijo con toda naturalidad_ podemos ir y te lo enseño.
Está aquí cerca, en la calle Heros, frente a la galería Carreras Múgica.

Bárbara no podía dar crédito a lo bien que se estaban desarrollando los acontecimientos, por lo que contestó sin dudarlo:

Por mí encantada, la calle Heros me parece la más interesante de Bilbao en este momento.

Comentó tratando de mostrar una naturalidad que no sentía.

Vamos cuando quieras, todavía no he firmado el contrato, pero me han dejado las llaves para que lo visite hasta que me decida, la verdad es que estoy seguro de que es el adecuado para mi.

A Mónica casi le molestaba que ese jovenzuelo estuviera tan templado, mientras ella tenía que hacer un esfuerzo sobrehumano para hacer ver que se encontraba serena.
Era obvio que tanto Mónica como Gari sentían una corriente eléctrica que atravesaba sus cuerpos y a pesar de lo poco que tenían en común desde un punto intelectual e ideológico, la fuerza del deseo les acercaba sin remisión.
Paseando por Mazarredo comentaron el arco de Daniel Buren, como una de las grandes obras del arte urbano.
Ambos eran conocedores de las obras de Buren, a quien seguían desde que se dedicaba a pintar rayas azules y blancas.
Aunque Mónica no era una entendida en arte, gracias a Carlota había adquirido una pátina de interés por el arte contemporáneo y junto con su marido, iban formando una pinacoteca elegida con mucho gusto.
Entraron en el portal de una casa antigua, que había sido restaurada por Simón de Lecea, hijo de Moncho, el que fuera famoso arquitecto del ayuntamiento, muerto en un trágico accidente de coche.
El hijo ha seguido los pasos de su padre y se ha puesto de moda.
Estudió arquitectura en Barcelona y tiene ese toque especial, que consigue reconstruir con gracia una casa que antes, solo era vieja.
El portal vacío, pintado de color arena con el techo blanco.
Las escaleras de madera encerada.
Un ascensor pequeñito rápido y muy moderno.
Subieron al cuarto piso.
Entraron en un hall grande, pintado como el portal.
Toda la casa estaba en esa estilo.
Daba gusto, todo tan vacío, tan limpio.
No había muebles, ni siquiera los de la cocina.
Gari le comentó que tenía intención de organizar la casa con lo estrictamente necesario, comprando todo en Ikea.
A Mónica le parecía un poco raro que no quisiera poner moqueta, ni muebles ingleses antiguos, que es como decoran las casas a las que ella suele ir, pero decidió seguirle el juego, porque notó que sabía  lo que quería.
A pesar de que los dos eran conscientes de que lo que realmente les apetecía era abrazarse, no lo hicieron, no era el lugar ni el momento oportuno.
Empezar un intercambio sexual en el suelo, teniéndose solamente el uno al otro, era excesivo para una mujer como Mónica, por lo menos eso es lo que pensó Gari, que lo comentó con toda naturalidad:

Me gustaría hacerte el amor aquí y ahora, pero prefiero esperar, todo llegará a su debido tiempo.

Mónica enmudeció.
Salieron y al despedirse, Garikoitz le preguntó si no le importaría acompañarle a Ikea para elegir los muebles.
Accedió.
Quedaron en que al día siguiente Gari la llamaría al salir de Arminza, para encontrarse en la cafetería de Ikea.
A pesar de que Mónica no estaba demasiado mentalizada con la idea de decorar una casa con simples muebles suecos, a medida que se paseaban por Ikea, iba comprendiendo las ventajas de vivir en un espacio tan aséptico en el que casi no hay que limpiar y todo funciona sin complicaciones.
Garikoitz sabía lo que necesitaba, no titubeaba.
Compró lo necesario, encargó que se lo montaran y quedaron en llevárselo dentro de cuatro días.