jueves, 31 de diciembre de 2015

Capítulo 24_El dilema











Carlota habló con Gari, que la llamó para contarle que había estado en Arminza y explicarle lo de la fiesta del domingo.
Le pidió que por favor se encargara de hablar con Mónica.
A los Artiach se lo diría él mismo, ya que habían quedado en Sopelana el día siguiente.
Carlota le preguntó si habían contado con Alonso, pues aunque en general los domingos jugaba al golf, por lo menos tendría que decirle a Mónica que los dos estaban invitados.
Gari no se acordaba de que existía un marido al que tener en cuenta.
Tampoco los Abrisqueta habían mencionado a Alonso por lo que Gari decidió preguntarles antes de seguir dando pasos, no vaya a ser que lo iba a ser un plan entre amigos íntimos, se convirtiera en algo diferente.
Llamó a Beñat y éste le dijo que Alonso era más que bienvenido.
Así se lo comunicó a Carlota.
Mónica estaba encantada con la idea de volver a ver a Gari, pero todavía tenía que comentárselo a Alonso.
No sabía cuando ni cómo decírselo.
El asunto cambiaba si Alonso decidía ir a la fiesta, aunque por otro lado, si como ella imaginaba Gari tenía una relación con Beatriz, ella se sentiría más segura si Alonso estaba a su lado.
Estaba segura de que aunque Alonso prefiriera jugar al golf con sus amigos, si ella insistía, no le costaría convencerle para que cambiara de opinión.
Se encontraba en un dilema.
Decidió dejarlo para el día siguiente al mismo tiempo que reconocía que tenía que empezar a combatir la procastrinación a la que tanto se había acostumbrado.
Mientras desayunaban, Alonso le comentó que le habían llamado para comunicarle que la Pool del domingo iba a ser extraordinaria, porque venían algunos golfistas de Madrid y tenían intención de subir las apuestas y hacer una comida al terminar.
Estaba encantado porque iba a demostrar sus progresos.
Mónica le comentó como de pasada el plan de Arminza y él se quedó tranquilo al saber que su mujer tenía un buen plan.
Mónica no estaba tan tranquila.
No le quedó más remedio que llamar a Carlota para poner orden en su alborotada cabeza.

Carlota, estoy un poco alterada respecto al domingo.

Le dijo sin aclarar el motivo.

No tienes por qué. 
Explícame lo que te pasa.

Si algo tiene Carlota es claridad, no le gustan las cosas a medias.
Mónica no sabía por donde empezar pero era tal la necesidad de saber, que le dijo a bocajarro:

Alonso no va a ir y me pregunto:
¿Qué pinto yo en una fiesta donde todos están emparejados?

Habló sin pensar y resultó fuera de lugar.

¿A qué te refieres cuando dices que todos estamos emparejados?

contestó Carlota extrañada.

Si tu estás saliendo con Jaime y Gari con Beatriz, tu me contarás.

Ni ella misma sabía lo que decía.
Carlota empezó a reírse con verdaderas ganas y cuando se calmó le dijo con cierta ironía:

¿De donde has sacado eso?
¿Te das cuenta de que tienes una imaginación salvaje?
Jaime y yo somos buenos amigos, estamos a gusto juntos y eso es todo.
Beatriz y Gari cogen olas y son grandes deportistas.
Nada le puede interesar menos a Beatriz, que un chaval incapaz de adquirir un compromiso.
A su hermano le acepta porque le quiere muchísimo y la relación que tienen entre ellos está muy consolidada, pero ni por asomo Gari es el tipo de hombre que le puede interesar.
No te atormentes.
La única pareja es la formada por Marlène y Beñat y sabes que son encantadores y que en ningún momento te vas a sentir sola, así que tranquilízate, piensa en qué te vas a poner y no olvides que tu y yo iremos juntas, así que pasaré a buscarte a la una.

Esta conversación tranquilizó a Mónica por un lado y le puso nerviosa por otro, ya que la posibilidad de estar con Gari se materializaba.
Se concentró en su árbol genealógico y se sorprendió al ver que el apellido Menchacatorre es oriundo de Vizcaya y se conocen sus orígenes desde el siglo XV.
Menchaca significa “moledor de avena”.
Es un apellido ilustre del que podía sentirse orgullosa.
Sin embargo no era eso lo que Mercé necesitaba, sino las fechas de todos sus antepasados.
A pesar de todo lo que su madre le había ayudado, no le quedó más remedio que ir al cementerio de Derio.
No le gustaba ir a los entierros ni visitar cementerios, pero si quería hacer la bío tenía que superar sus manías y visitar los panteones familiares.
Al final resultó agradable.
Los de la oficina fueron amables con ella y le facilitaron los datos que necesitaba.
Se sintió ligera y contenta.
Cada paso que daba hacia la bio activaba su inteligencia.
En poco tiempo había cambiado su vida hasta tal punto que ya no sentía la necesidad de salir todos los días, sino que entre los deberes que le mandaba la Mercé y la lectura de Anna Karénina que la fascinaba, casi no tenía tiempo ni para llamar a sus amigas.
También es verdad que tenía abandonadas las webs, pero sabía que en cuanto se pusiera a ello, sacaría adelante el trabajo, ya que contaba con la información necesaria.
Mónica tenía una facilidad asombrosa para la investigación y desconocía la pereza.
Hizo caso a los consejos de Carlota y pensó en que no tenía nada para ponerse el domingo, así que salió de su estudio y se dirigió a la tienda que Massimo Dutti que habían abierto en la Gran Vía, cerca de la plaza de Moyua.
Le impresionó que toda la ropa de la nueva colección era muy grande.
Borja, uno de los empleados a quien conocía de la tienda de Artea, que sabía de moda y siempre le había asesorado con acierto, le dijo:

¿Quieres algo en particular, Mónica?

A lo que ella respondió:

Necesitaría cambiar mi cabeza para adaptarme a esta moda.

Borja contestó:

No me extraña, a mi me pasa lo mismo.

Si te pasa a ti que estás metido en la moda , imagínate cómo me encuentro yo.

Ambos se rieron y Borja le aconsejó darse una vuelta y probarse algo aunque no le convenciera a primera vista.
Efectivamente, encontró un pantalón estrecho y una camisa blanca grandísima que correspondía a su talla y un chaleco gris por fuera y beis por dentro que le encantó.
Solo tenía que acostumbrarse a que la camisa era más grande de lo habitual, pero por lo demás todo le pareció bien.

Vio que todas las dependientas llevaban calzado deportivo, así que ella, para no ser menos, se compró los mismos zapatos, negros con una raya blanca, comodísimos.

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