jueves, 10 de diciembre de 2015

Capítulo 13_Fiesta en casa de Gari











Gari se encontraba a gusto en Bilbao.
Consideró que su decisión de pasar largas temporadas en la ciudad era un acierto.
La casa había quedado encantadora, decorada únicamente con lo imprescindible.
Todo le gustaba, desde el sofá para repanchingarse cuando le apetezca ver la tele, los electrodomésticos supermodernos que hacen todo, hasta las cacerolas de Ikea.
Los suecos tienen una idea de la vida doméstica muy diferente a la española.
Recordó que hace unos años, leyó en una revista francesa que vino a Madrid una ministra sueca, a la que agasajaron invitándole a algunas casas particulares y cuando al final de su estancia los periodistas le preguntaron qué le había parecido España, contestó lo siguiente:

“No me extraña que la mujer española no ocupe cargos importantes en la política ni en las empresas.
Mantener el montaje en las casas en las que yo he estado exige un trabajo ímprobo, ya que dirigir al servicio requiere más esfuerzo que hacerlo en una empresa”. (sic)

Sus padres le recibieron con mucho cariño y pensaron que había dado un paso importante.
Gari se sintió relajado y emprendió con entusiasmo su nueva etapa.
Muy ocupado, organizó sus cuentas en los bancos de Bilbao, se apuntó a clases de yoga con Alfonso Cabañas de quién tenía excelentes referencias, contrató los asuntos telefónicos con Euskaltel y pensó que lo mejor sería inaugurar la casa con una fiesta, a la que invitaría a su familia y a los pocos amigos que tenía en Bilbao.
Habló con su prima Carlota para que le hiciera algunas recomendaciones.
No quería complicarse la vida.
Las fiestas de Bidarte solían ser improvisadas, cada uno llevaba algo y al día siguiente encontraba la casa tan desordenada y sucia, que se le quitaban las ganas de organizar nada, pero luego se olvidaba y volvía a las andadas.
En Bilbao quería hacer un tipo de vida más ordenado.
Siguiendo la recomendación de su prima Carlota, encargó la comida y bebida a Catering D Inés, empresa creada por Inés Acha Satrústegui, con chef a domicilio.
Parece ser que se encarga de todo, los canapés son estupendos, en plan nueva cocina vasca, lleva sus propios camareros y al terminar recogen todo y dejan la casa impecable.
Invitó a sus padres y a sus hermanas con sus maridos a quienes había tratado muy poco a causa de la distancia, pero les tenía simpatía.
Sus primos Beñat y Marlène, Carlota e Iñaki con su esposa, Agostiña.
También invitó a Mónica y a su marido.
No es que le apeteciera demasiado la idea de ver a Mónica pendiente de Alonso y él teniéndose que hacer el simpático como si no pasara nada, cuando ambos sabían perfectamente que había una corriente eléctrica invisible pero hay veces en que las cosas se presentan así y no queda más remedio que aceptarlas.
A pesar de que todo estaba bastante controlado, Gari estaba tan nervioso y ajetreado que cuando llamó a Mónica para invitarles le suplicó que fuera a su casa, que necesitaba su ayuda.
Lo hizo de una forma tan natural, que Mónica reaccionó diciendo que iría encantada y quedaron en que al día siguiente a las diez de la mañana, se presentaría con una amiga que tiene una empresa de jardinería para que se ocupe de los arreglos florales.
A Gari le pareció una idea estupenda, así que se quedó tranquilo pensando que su fiesta iba a resultar un éxito.
Violeta Sendagorta, amiga de Mónica desde la infancia, se sintió hechizada cuando a los diez y siete años, sus padres la llevaron a Japón como regalo de cumpleaños.
La belleza de los jardines y los templos de Kyoto le tocaron las fibras más sensibles de su ser y al volver del viaje suplicó a sus padres que le permitieran pasar un año en Japón aprendiendo el zen (1).
Desde el fondo de su corazón les dijo emocionada que no podría ser feliz si no volviera inmediatamente a Japón para impregnarse del zen.
Una vez asimilado y comprendido, volvería a Bilbao.
Con gran dolor, dejaron marchar a su única hija porque comprendieron que Violeta había sentido algo muy profundo, que a ellos se les había escapado.
Se pusieron en contacto con el embajador de Japón en Madrid, que aconsejó un templo en Kyoto donde impartían cursos de jardinería zen para extranjeros, en inglés, lo que le ahorraba la gran tarea de aprender japonés.
Aconsejaban que residiera allí mismo, porque todas las actividades, incluía la alimentación, estaban encaminadas a sumergirse en el zen.
Violeta volvió muy cambiada.
Tenías muy claras sus ideas sobre el enfoque de su vida.
De una manera muy precaria, empezando con los amigos de sus padres y de la gente que conocía, se dedicó a decorar las casas cuando daban grandes fiestas.
A medida que la gente se acostumbraba a vivir en esa vibración tan alta que dejaba el paso de Violeta, le fueron pidiendo que mantuviera las decoraciones de interiores, terrazas y jardines y el negocio aumentó de tal manera que tuvo que crear una empresa, en la que dio trabajo a mucha gente que estaba en situaciones límite.

Mónica hizo la presentación de Violeta y Garikoiz y tuvo la sensación de que se gustaron, lo cual hizo las delicias de Mónica porque tenía tanta seguridad en su intuición que ni por un momento sintió celos.
Supo que simplemente eran dos personas que podían llevarse bien y a ella le gustaba compartir a sus amigos.
Violeta inspeccionó la casa en silencio, tomando fotos con su iPhone y quedó en volver el día anterior a la fiesta, porque quería dejar un margen de tiempo, en el que las plantas y flores se fueran acomodando al nuevo espacio





1_Sistema filosófico budista que tuvo su origen en China en el siglo VI DC. Se caracteriza por potenciar la meditación metafísica, con el fin de conseguir la iluminación que revela la verdad.

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