jueves, 13 de agosto de 2015

Textos autobiográficos










A medida que escribo ordeno mis ideas.
Mi manera de ver las soluciones a los problemas es actuando.
Algunas personas lo consiguen pensando.
Yo no.
Me conozco y sé como funciono.
Cuando empecé a ir a clase de escritura solo sabía que quería escribir.
Ya no quería pintar.
Me apetecía escribir porque no requiere tanto esfuerzo como pintar pero no sabía lo que quería escribir ni qué propósito tendrían mis textos, solo sabía que quería aprender a escribir.
Siempre he dado mucha importancia al lenguaje y me encantan las palabras.
A medida que iba yendo a la clase de escritura me iba entusiasmando y cada día me sentía más feliz.
Me limitaba a escribir sobre temas diversos, más bien personales y los publicaba en uno de mis blogs dedicado solo a mis textos.
Algunas personas me animaban a que escribiera mi autobiografía pero yo no consideraba conveniente citar a gente que había formado parte importante en mi vida.
Pero ahora, sin pretenderlo me he dado cuenta de que mis últimos textos son autobiográficos y cuando he citado a algunas personas lo he hecho de manera tan aséptica que es imposible que se sientan ofendidas.
Así que sin llegar a que sea una autobiografía en toda regla he decidido llamar a lo que escribo:

Textos autobiográficos.

Supongo que resultará ligero porque son textos cortos, no están ordenados cronológicamente ni cuento todas las circunstancias que estaban involucradas en cada episodio.
Era importante que encontrara mi propia manera de expresarme, no solo el estilo de escribir sino el concepto, lo cual es más difícil porque eso no se estudia ni se aprende sino que en mi caso, insisto, solo puedo descubrirlo escribiendo.
Durante el curso escolar, antes de publicar mis textos los leía en la clase y la crítica del profesor me daba seguridad para publicarlos pero al llegar el verano me quedé sin esa ayuda en la que tanto me apoyaba y tuve que enfrentarme a creer en mi propio criterio.
Así lo hice y estoy contenta porque no solo cada día más gente me lee sino porque incluso en algunas ocasiones algunas personas me han hecho comentarios que me animan a seguir.
Resulta muy gratificante cuando termina el día saber que he sido capaz de escribir una página de mi historia.
He tenido una vida tan ajetreada que el hecho de contarla me sirve para ordenarla.

Tengo la sensación de que he vivido intensamente una parte importante y ahora que ha llegado el sosiego puedo permitirme el lujo de contarla con tranquilidad.

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