lunes, 6 de julio de 2015

La importancia de la dignidad






¡Que alegría tan grande me produce que los griegos hayan dicho que no!

Si me atracan y me gritan:

¡La bolsa o la vida!

Sin dudarlo contestaría: 

¡La vida!

Pero si me dicen:

¡La bolsa o la dignidad!

No soy capaz de asegurar que mi respuesta sería:

La dignidad.

Pero si así lo hiciera, estoy segura de que me sentiría orgullosa el resto de mi vida.
Y lo digo porque las veces, no suficientes, que he sido capaz de respetarme, revivo con regocijo la satisfacción que sentí cuando lo recuerdo.

No hay nada mas grande que la dignidad para una ser humano.
Prem Rawat dice:

La dignidad está en el esfuerzo.

Y yo estoy de acuerdo.

En la magnífica película de Gus Van Sant “Drugstore Cowboy”, cuando el protagonista deja la droga y se le ve recluido en el lugar adecuado para hacerlo, al verle barrer me emocioné.
Al mismo tiempo se puede ver como de pasada a William S. Burroughs y en ese momento casi lloré.
Creo que hay pocas cosas tan dignas de admiración y respeto como la dignidad.

Una persona muy cercana a mi, mientras estudiaba su carrera de Bellas Artes en Londres, se enamoró de una mujer cuyo estilo de vida era muy superior al suyo.
Vivía en un piso compartido viejo y destartalado mientras su chica tenía un espléndido apartamento en el que era más que bienvenido.
Cuando me contó la situación y le pregunté si ya se había trasladado me contestó:

Sigo en mi casa, yo tengo mi dignidad.

Me callé, no sin sentir asombro y cierta fascinación.

Algo parecido provocan en mi los griegos.
Desde que leí sobre la escuela pitagórica, sentí un interés en la cultura griega que ha ido creciendo a medida que he conocido algunas personas nacidas allí y que he visitado el país.

Y ahora, desde que los medios informan del compromiso del pueblo griego con su propia dignidad me siento complacida y crece mi admiración y respeto por ese pueblo depositario de unos valores que han sido la base de la cultura occidental.

No hay comentarios:

Publicar un comentario